Problemas antes del nacimiento
Los problemas en el recién nacido pueden haber comenzado antes del nacimiento.
Los problemas que aparecen antes del nacimiento pueden estar relacionados con afecciones maternas que existían antes del embarazo o que han aparecido durante éste o con afecciones en el feto. Una atención médica durante el embarazo apropiada puede ayudar a prevenir y diagnosticar muchos problemas en el feto.
Problemas de salud maternos
Los problemas de salud durante el embarazo de la madre pueden afectar el crecimiento del feto y tener un impacto negativo sobre la salud del recién nacido. Aunque las madres se preocupan con motivo por los efectos de los medicamentos en un feto en desarrollo, también deben darse cuenta de que, si no siguen los tratamientos necesarios, pueden permitir que sus trastornos médicos dañen al feto. Las mujeres deben analizar con su médico los riesgos y beneficios de los diferentes tratamientos para sus condiciones específicas.
La anorexia y la bulimia pueden provocar que el feto reciba una nutrición inadecuada, al igual que cualquier otra situación en la que la madre no coma adecuadamente o no tome las vitaminas adecuadas.
El asma no suele afectar al feto, siempre y cuando el estado de salud de la madre esté bien controlado. Sin embargo, algunas mujeres tienen problemas significativos relacionados con su asma durante el embarazo y deben tomar el tratamiento adecuado para proteger al feto.
El cáncer en sí mismo no suele afectar al feto, pero los medicamentos utilizados para tratar el cáncer pueden tener efectos secundarios que sí pueden afectarle.
La diabetes puede dar lugar a un mayor riesgo de defectos congénitos, un bebé pequeño o un bebé grande. El problema más frecuente para los recién nacidos es la baja concentración de azúcar en sangre (hipoglucemia).
La epilepsia (un trastorno convulsivo) aumenta el riesgo de defectos congénitos. Parte del aumento del riesgo se debe a los medicamentos anticonvulsivos que pueden ser necesarios para controlar las convulsiones. Sin embargo, las convulsiones de la madre también son peligrosas para el feto. Las mujeres deben discutir con su médico los riesgos y beneficios del tratamiento con medicamentos antes de dejar de tomar sus anticonvulsivos.
La hipertensión arterial, la enfermedad cardíaca y la enfermedad renal pueden reducir el crecimiento del feto y causar otras complicaciones.
El lupus (lupus eritematoso sistémico) aumenta el riesgo de aborto espontáneo y prematuridad y puede provocar una frecuencia cardíaca anormalmente lenta en el feto.
La preeclampsia puede causar problemas graves a la madre y al feto. La enfermedad puede causar que la presión arterial de la madre se eleve de forma grave y puede afectar los riñones, el hígado, el cerebro y otros órganos maternos. La placenta también se ve afectada, y la enfermedad puede afectar la nutrición del feto o hacer que la placenta se desprenda de la pared del útero. Para prevenir o controlar tales complicaciones, los médicos pueden recomendar el adelanto del parto. La eclampsia, una complicación grave de la preeclampsia, es la aparición de convulsiones en una mujer con preeclampsia.
Las mujeres que sufren trastorno por anemia de células falciformes (anemia drepanocítica o drepanocitosis) pueden presentar un aumento de crisis de la enfermedad durante el embarazo. Si el padre es portador del gen de la anemia de células falciformes o está afectado por la enfermedad, existe un riesgo de enfermedad de células falciformes en la descendencia. Las pruebas realizadas a los progenitores antes del embarazo pueden determinar su riesgo de tener un niño con anemia drepanocítica. Los genes que causan la anemia de células falciformes pueden detectarse en el feto durante el embarazo, pero la enfermedad no comienza hasta varios meses después del nacimiento.
La enfermedad tiroidea que provoca una concentración baja de hormona tiroidea (hipotiroidismo) puede causar daño cerebral en el feto y conducir a problemas neurológicos a largo plazo si no se diagnostica poco después del nacimiento. La enfermedad tiroidea con una concentración elevada de hormona tiroidea (hipertiroidismo) puede provocar que el feto y el recién nacido tengan una glándula tiroidea hiperactiva. En la mayoría de los Estados de Estados Unidos, se examinan los recién nacidos para detectar la enfermedad tiroidea.
Medicamentos maternos y consumo de drogas
La mayoría de los medicamentos recetados son inofensivos durante el embarazo, pero las mujeres deben revisar todos sus medicamentos con su médico cuando se quedan embarazadas o planean quedarse embarazadas. Sin embargo, incluso las medicinas recetadas que causan cierto riesgo pueden ser necesarias para las mujeres. Los problemas médicos no controlados en la madre también pueden ser peligrosos para el feto.
Algunos medicamentos recetados de uso frecuente que pueden provocar problemas en el feto son
Insulina cuando no se toma según lo prescrito
Antidepresivos, en particular los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)
Medicamentos anticonvulsivos (medicamentos que controlan las convulsiones)
El tabaquismo o el hecho de ser fumadora pasiva durante el embarazo reducen el crecimiento del feto. Tanto como sea posible, las mujeres embarazadas no deben fumar y deben evitar la exposición a otras fuentes de humo de tabaco.
El alcohol es particularmente peligroso para el feto porque es un teratógeno (una sustancia que puede causar defectos congénitos). El alcohol aumenta el riesgo de aborto espontáneo, muerte fetal, falta de crecimiento del feto, prematuridad y defectos congénitos. Un efecto particularmente devastador del alcohol es el síndrome de alcoholismo fetal, que causa discapacidades intelectuales, de desarrollo y de conducta durante toda la vida. No se puede hablar de una cantidad inofensiva de alcohol durante el embarazo.
Los opiáceos, como heroína, morfina, opio, oxicodona, codeína, hidrocodona, fentanilo, hidromorfona (meperidina, buprenorfina y metadona, afectan el crecimiento del feto y pueden causar síntomas de abstinencia en el recién nacido desde pasadas unas horas hasta varios días después del nacimiento. Las madres deben conocer los ingredientes de cualquier analgésico que toman. Los medicamentos opiáceos como la metadona y la buprenorfina, que a veces se utilizan para tratar la dependencia materna de opiáceos, también pueden causar síntomas de abstinencia en los recién nacidos. Los recién nacidos con síndrome de abstinencia de la metadona pueden necesitar un tratamiento más prolongado que los recién nacidos con síndrome de abstinencia de otros opiáceos.
La cocaína aumenta el riesgo de crecimiento deficiente del feto y de prematuridad. La separación prematura de la placenta de la pared del útero (desprendimiento de la placenta) es más común entre las consumidoras de cocaína y puede causar muerte fetal o privación de oxígeno y daño cerebral en el feto. La cocaína estrecha los vasos sanguíneos, por tanto puede causar un accidente cerebrovascular o dañar otros órganos en el feto.
Estilo de vida materno
Además de evitar sustancias nocivas, las madres gestantes pueden aumentar sus probabilidades de tener un bebé sano tomando vitaminas prenatales, recibiendo atención prenatal temprana y manteniendo un peso y una alimentación saludables (véase también Cuidado personal durante el embarazo).
Problemas fetales
Los defectos congénitos puede afectar casi cualquier órgano. La ecografía prenatal se usa para diagnosticar muchos de estos defectos antes del nacimiento.
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